Inteligencia emocional

Resiliencia: ¿Don o técnica?

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Casi todos, hemos pasados por períodos en los que se nos han juntado una serie de «catastróficas desdichas«, un momento en que parece que el universo se ha puesto contra uno y en el que nos decimos «parece que me ha mirado un tuerto». Con el paso del tiempo conseguimos restarle importancia a aquellos sucesos que en su momento fueron una hecatombe. A veces incluso conseguimos seguir adelante comparándonos con otras personas de nuestro entorno. Es curioso cómo funciona la mente humana pero ver el sufrimiento de los demás alivia el nuestro. No significa que nos alegremos de lo que les sucede, eso tiene otro nombre. Me refiero a ese momento que existe entre pensar que nuestros problemas son los peores y ver que otra persona con una situación bastante más complicada que la nuestra no está ni la mitad de mal que nosotros. En ese momento piensas: «vaya, me quejo de vicio».

Tu mente empieza a pensar en otra dirección: A esta persona; nuestro amigo, conocido… le van realmente mal las cosas y sin embargo… está con una sonrisa, ánima a la gente. Otras veces también es verdad, que nos encontramos con ese amigo o amiga que crea de un problema mínimo la mayor de las penurias.
Afrontar la vida de una u otra manera es cuestión de caracteres… ¿o quizás no?
Una cosa es tener momentos duros en la vida y otra muy diferente cuando el sufrimiento ha sido tan grande que casi todo el mundo espera que de ello, solo pueda haber un trauma y secuelas en el desarrollo de la persona.
¿Cómo es posible que personas que llevan un sufrimiento fuerte y continuado salgan sin ningún rasguño emocional? ¿Puede una persona que ha sufrido abusos mantener una relación estable sin huir o repetir lo que se hizo con ella?. Lo cierto es que sí, a ese fenómeno se le llama resiliencia.

Resiliencia: Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. (RAE, 2014)

Es posible que nos planteemos ¿Cómo puede ser posible? «Hay gente que nace con un don» «habrá tenido años de terapia» o incluso los más escépticos…»seguro que hay truco».

Quizás alguna de las afirmaciones sean ciertas, hay personas que nacen con una predisposición innata, Mas podemos educarlo desde pequeños.

Como padres de la resiliencia tenemos los casos de Tomás Moro,  Boris Cyrulnik o Viktor Frankl. El primero nos deja grandes reflexiones en las cartas que escribe desde la Torre de Londres a su hija, dejando constancia de que es felíz hasta el último de sus días. El segundo llega a ser incluso más sobrecogedor, vío como sus padres morían asesinados en Auschwitz y el escapó de allí, convirtiéndose en uno de los mejores psiquiatras actuales. Por último, el tercero, psiquiatra y superviviente a varios campos de concentración.

¿Cómo podemos desarrollar la resiliencia?

Tanto el psiquiatra Enrique Rojas como Boris Cyrulnik nos indican que hay que seguir una serie de pasos empezando desde los primeros años. Algunas de nuestras recomendaciones son:

  1.  «Triángulo familiar«: Una relación sólida y de confianza entre padre niño madre con el fin de evitar que un sufrimiento se convierta en un trauma (Cyrulnik).
  2.  Red de contactos: Una red de familia, amigos…que nos ayuden a mantenernos unidos a la realidad, nos de apoyo y desarrollar nuestra autoestima.
  3. «Quién tiene un por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo» Esta frase de Nietzche y que llevó a su extremo Viktor Frankl, deja de manifiesto que tener metas y objetivos.
  4. Aceptar la realidad: Basarse en suposiciones o regodearse en los fallos cometidos no lleva a ninguna parte. Quédate con lo que aprendiste de los errores y trata de no cometer los mismos fallos en el futuro.

 «Quién tiene un por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo

En resumen, es cierto que algunas personas vienen con un bagaje especial para hacer frente a las adversidades pero por fortuna, gran parte de lo que llegamos a ser en la vida es fruto de nuestro esfuerzo.

Bibliografía: